12.Apreciación Musical
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El lenguaje de la musica transmite información así como lo hace el discurso humano. De la misma manera, lo percibimos y procesamos con nuestros órganos sensoriales. Entre más corto y simple, más fácil será para memorizar y más velozmente entrará en nuestros nervios después de haberlo escuchado repetidamente.
Escuchar y apreciar un trabajo complicado de música no es una labor simple. Uno debe entender los fragmentos por separado, que son mejor comprendidos por la percepción. Y no es tan simple como saber los temas principales – uno debe ser capaz de recrearlos mentalmente, o cantarlos con la propia voz para verdaderamente apreciarlos. Para ser capaz de hacer esto, la melodía debe ser escuchada tantas veces sean necesarias para memorizarla. A cada nueva vuelta del proceso mental musical, cada tonalidad encuentra su lugar dentro de la conciencia. La forma más sofisticada de apreciación puede llevarse a cabo si uno logra aprender a tocarla en el piano. Debe volverse parte de uno mismo. Y finalmente se puede comenzar a sentir y entender al compositor – su estado de ánimo, sus sentimientos, sus anhelos. ¡Es dialogar con el compositor! Entonces el trabajo es finalmente escuchado.
En la escuela, se va tratando cada compositor, a los cuales se les asigna de una hora a dos del curso. Siempre desde el principio se cuentan bellas historias; acerca de la época de su vida y de la música en general, y después a los estudiantes los ponen a escuchar algunos fragmentos de su trabajo. Estos fragmentos no son memorizados ni nunca se les vuelven a presentar. ¿Es posible que estas clases despierten el interés en la música seria y qué alguno de ellos vaya a buscar más música de este compositor? Excepto raras ocasiones esto no es así.
Si las personas no han sido introducidas a escuchar la música seria, entonces ellas no van a hacerlo para sí mismas. Escuchar y entender música conlleva el mismo esfuerzo de conciencia para una persona como el de leer un buen libro. Y pláticas abstractas sobre libros no van a enseñar a nadie a leerlos.
Un trabajo musical es un teatro entero de imágenes vivas. El compositor no solamente combina algunas melodías; las hace surgir, las transforma, algunas veces las enfrenta una contra la otra y las pone a interactuar como a actores en una obra de teatro. Para hacer derivar el placer de escuchar música, la persona debe captar los giros y cambios del argumento. Sin un buen sentido del oído, memoria y conocimiento del lenguaje musical, no se puede percibir adecuadamente la música compleja, como un niño no puede comprender una plática con palabras desconocidas.
Enseñar a escuchar con conciencia música debería abarcar importante porción de la educación musical. El trabajo que se selecciona para escuchar debe ser estudiado a fondo. Sus temas principales deben ser cantados o ejecutados. Si esto no sucede, entonces las clases sobre música son bla bla blá, inútiles para cualquier tipo de desarrollo musical. Si a una persona no se le da una apropiada educación en música, no se le puede enseñar a entenderla o a apreciarla realmente.